Para todos, es obvio que uno de nuestros objetivos en nuestra vida es encontrar a esa persona especial, a nuestra media naranja, una persona a la que cuidar día tras día, a mi después de mucho tiempo me ha pasado, y os puede pasar a cualquiera desde ya, os digo como ha sido mi historia, porque no será seguramente lo que pensáis.
Me ha pasado siempre que he puesto mucha ilusión en mis relaciones, y como a todo el mundo le ha pasado, yo me he llevado siempre más decepciones que otra cosa. Siempre me he esforzado en cuidar a esa persona, en dar todo lo posible por hacer que funcione, muchas veces incluso haciendo cosas que por principios no debería haber hecho.
Tendemos a darlo todo, descuidando nuestros sentimientos por esa persona especial. Es también en cierto modo una visión egoísta, el pensar que hacemos todo lo posible, por seguir teniendo junto a nosotros a nuestra supuesta alma gemela, mucho más que por contentarla en el fondo es por nosotros mismos.
Pasamos muchos pasajes traumáticos, mucho daño, mucho miedo, y al final llegamos a un resultado pésimo, y con todo el empeño puesto, nos resulta un drama que no haya funcionado. Por eso cansado de la búsqueda, de esforzarme, de desilusiones y «palos», necesitaba dar un cambio radical.
Fue entonces cuando me miré al espejo, y allí estaba, esa era la persona especial, la única media naranja que necesitaba para ser feliz. Decidí cuidar a esa persona que veía reflejada como si fuera mi alma gemela. Decidí en ese momento que si tenía que dar todo por alguien debía ser por mi mismo, olvidando miedos y decepciones.
Ahora pensaréis que no es suficiente, y efectivamente no lo es, pero es el primer paso, para encontrar a la otra persona. Una vez que nos encontramos a nosotros mismos, que nos cuidamos y nos damos todo lo que necesitamos, estamos completamente preparados para salir y encontrarla, y cuando lo hagamos sabremos perfectamente lo que buscamos, lo que haremos y lo que no, y si es nuestra persona especial.