La república de Platón ¿en la actualidad?

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Hoy hablaremos de seguramente el filósofo más conocido y estudiado de todos los tiempos, Platón, (427-347 a.C) filósofo griego, discípulo de Sócrates, y maestro de Aristóteles. De todas las obras conocidas, seguramente la más relevante fue «La república», en la que plasma todas sus ideas, en manos de un diálogo entre Sócrates, su maestro, Glaucón, Polemarco, Trasímaco, Adimanto, Céfalo y Clitofonte.

Entre todos comienzan a crear, dialogando, su propia idea de una república, una civilización justa y moral, donde cada persona asimilara su papel, y asumiera el de los demás. Un lugar regido por la justicia y la moral. A continuación no adentraremos un poco más en sus ideas, y por qué no, comparar algunas cosas con el mundo moderno actual.

Fuente: escuelapedia.com/
Fuente: escuelapedia.com/

En la primera parte, se centran en una acalorada discusión en definir el concepto de justicia. Llegan a comprender que el hombre justo nunca podrá hacer mal a otro. Aunque coinciden en que la injusticia se prodiga tanto, porque es mucho más beneficioso el ser injusto, que el ser justo. Creo que hoy en día podemos decir lo mismo, sobre todo en nuestro país, pero en La república lo tienen muy claro, la solución es una buena educación, igual habría que tomar ejemplo de esta conversación de Sócrates.

En otro fragmento, deciden los papeles que de manera justa deberían ocupar cada persona en esta nueva sociedad. El factor determinante para decidir en qué posición deberías estar, sería a través de la virtud de cada persona. Es decir, por ejemplo las personas cuya virtud sea la templanza, deberán ocupar puestos de artesanía, los guardianes o guerreros de la ciudad, deberán poseer como virtud el valor, y cuyo interés se promueva siempre por el honor. Y por supuesto los gobernantes de la ciudad, deberían tener como virtud la prudencia, y su interés siempre se asentará en el conocimiento. Obviamente los gobernantes de la ciudad, deberían ser los más sabios de la polis, con lo cual deberían ser ellos mismos, los filósofos. El poder atrae, para todos por igual, y a ellos no iban a ser menos.

Este tema lo mezclaban con la justicia de nuevo, para justificar su posición como gobernantes, debido a que sería lo más justo que los más sabios, no fueran gobernados por gente menos sabia, o que los que son menos valientes, tuvieran que ser guardianes y proteger a los más valientes, visto así podrían tener razón. Pero lo más curioso es que estaban, justo por este motivo, en contra de las votaciones populares, ya que los hombres menos inteligentes, no tenían juicio ni capacidad para decidir quién gobernaría, por lo tanto de una manera u otra se trataba de una dictadura de sabios, pero una dictadura.

Y aquí empieza el debate que se creó en mí cuando leí la obra. Una dictadura es mala para los derechos ciudadanos, pero si los gobernantes fueran los mejores que existen para hacerlo, ¿también estaría tan mal? Hoy en día está comprobado que pese a los fracasos políticos el pueblo, dándole la razón a Platón, sigue votando sin juicio a los mismos políticos corruptos. ¿Sería tan descabellada la idea de una dictadura con las personas más cualificadas y justas? ¿o mejor una democracia con ineptos votados por los ciudadanos? Es un debate distinto de lo que estamos acostumbrados, pero sin duda muy interesante.