En la vida nos encontraremos con personas altruistas, que no busquen beneficio alguno en sus buenas acciones, y que sólo sea el hecho de ayudar lo único que saque de determinadas acciones, pero estas personas son pocas. Lo que si que encontraremos serán muchas otras que se enarbolen como portadores de un altruismo, que no es más que un disfraz para cubrir su egoísmo, y la necesidad de ser reconocido por sus conocidos.
El altruismo según la RAE es:
altruismo.
1. m. Diligencia en procurar el bien ajeno aún a costa del propio.
Aún a costa del propio, esto quiere decir sin necesidad de recibir elogios, buenas críticas, ni galardones. Pero en la Sociedad 2.0 en la que estamos inmersos, prima el egoísmo, el reconocimiento personal, y los amigos «virtuales». Eso no es el verdadero altruismo. No hay que poner por ejemplo en Facebook, todas las cosas buenas que haces por la comunidad, no es necesario que te digan lo bueno que puedas ser.
El altruismo es algo más profundo, que subyace desde dentro del alma, que no necesita más reconocimiento que el de uno mismo, el verdadero altruista no necesita «likes», no necesita solicitudes de amistad, ni vídeos viralizados, éste sólo lo hace porque en su interior sabe que es su deber. Podría pasar desapercibido, y no le importaría.
Cuando al hacer una acción altruista la comentas a todos tus allegados, la publicas, o la enseñas, habrás cometido una acción buena, con un beneficio de trasfondo, los elogios de terceros.
El verdadero altruismo, también tiene un punto de egoísmo, pero es sólo hacia uno mismo, es decir, hacer determinadas acciones porque es lo que debes hacer, y porque te sentirás mejor, pero ese egoísmo es más que lícito, y no se pierde la esencia del concepto.
Para terminar me gustaría dejar una frase de Richard Dawkins, donde pide algo que suena a utopía, pero que no debería ser tan complicado:
Vamos a intentar enseñar la generosidad y el altruismo, porque todos nacemos egoístas.