Hoy he leído un noticia en la que una mujer de 101 años veía por primera vez el mar, y cuando la han preguntado no podía explicar el sentimiento que había sentido al ver la inmensidad de este, la unión del azul del mar con el del cielo. Esto me ha hecho pensar en la de veces que me he quedado sin aliento con una imagen, con unas vistas, con un monumento.
La de veces que he querido visitar una nueva ciudad, y al hacerlo, pese a verlo en películas o en imágenes, el estar ahí, hace que te involucres y la sensación sea sensacional. Por eso hoy, voy a hablar del placer de viajar, el placer de conocer un rincón nuevo en el mundo.
Para mi viajar, además de conocer nuevos lugares, es conocer nueva gente, coger pequeños detalles de cada cultura para formar tu propio ser. Viajar te sirve para abrir tu mente, no estancarte en nuestro país como el mejor sin ningún argumento, sino que el hecho de conocer mundo, te puede dar razones para argumentar eso que piensas, o para todo lo contrario, para considerar que tu no eres un habitante de tal país o tal otro, sino un habitante del mundo.
Como dijo Robert Louis Stevenson:
“No hay tierras extranjeras. Quien viaja es el único extranjero”.
Viajar te abre la mente, y si al viajar estas dispuesto a adentrarte en la cultura y gastronomía, podrás disfrutar de las grandiosidades de ciertas ciudades y las penumbras de otros, los magníficos sabores tan distintos. En definitiva, fusionarte a ti mismo, a través de pequeños “cachitos” de cada lugar que visitas. Sinceramente ojalá pudiera viajar todo lo que quisiera, porque es algo que engancha, y el estar cerrado de mente en un país, o con miedo al extranjero, hace que te estés perdiendo grandiosas maravillas del mundo, de esas que te no te dejan indiferente.
Para esto hay algo esencial, que ya hablamos un día, el tener valor para hacerlo. Parece una tontería, viajar..¿Valor por qué? si nos encanta a todos. Si, valor, para coger una mochila y descubrir mundo. Para cambiar tus hábitos, y tu sitio fijo, valor para agarrar tu vida y llevarla a cada esquina del mundo. Y luchar para hacerlo. Acomodarse es lo peor que puede hacer una persona en la vida, los cambios son buenos, y cada nueva experiencia te hace más grande.