«Hay dos días en los que nunca pienso: ayer y mañana.»
A tres metros sobre el cielo – Federico Moccia
Vivir cada minuto como si no fuera a haber otro más, disfrutar de lo que tenemos al máximo sin trastornarnos porque nos gustaría tener algo mejor o simplemente diferente, levantarte por la mañana y ser feliz sólo con el rayo de sol que entra por tu ventana o en su defecto por el sonido de la lluvia, del viento, de la nieve o por la oscuridad de la madrugada, ir a trabajar o estudiar con una sonrisa porque no es lo que más te apetece hacer pero sabes que es lo que tienes que hacer y ya que tienes la obligación mejor disfrutarlo que estar con mala cara, bajar de fiesta y no beber porque te toca conducir a ti pero aún así divertirte al máximo porque estás con gente que te encanta…
Simplemente saborear el día a día con el sabor más sabroso que le puedas sacar, porque todos sabemos que la vida no es perfecta ni mucho menos, pero podemos hacer que lo que tenemos a nuestro alcance sea lo más perfecto posible para hacer de nuestra vida algo mucho más satisfactorio y feliz.
No es nada fácil tomarse la vida así, pero vale la pena intentarlo. 🙂